DALLAS BUYERS CLUB

Vive la vida, solo tienes una.

Ganadora de 3 Oscars estamos ante la que posiblemente sea la mejor cinta del 2014, con unas interpretaciones brutales, desde los oscarizados Matthew McConaughey (es impresionante su evolución, comparada a la de Tom Hanks en su día) y Jared Leto (desprende ternura en toda la cinta) hasta la que ha pasado más desapercibida debido a los premios de sus colegas, Jennifer Gardner.

Podría haber sido muy sensiblera, pero se queda en la orilla de la sensiblería, lo justo para conmover pero sin pedazos rosas innecesarios, lo cual deja lugar al pensamiento, a la conmoción, deja, de hecho, un poco de mal cuerpo.

Cuenta su argumento sin ambages y mostrando una parte curiosa, la de la ignorancia que sobre el SIDA hubo durante mucho tiempo, donde se pensaba que era una enfermedad de homosexuales nada más. Roza este problema y muestra la sorpresa que produce la infección por heterosexuales, pero de una forma poco sensiblera, sin drama, y aún así muestra todo el drama que supone esta enfermedad para quien es contagiado en los primeros años de su aparición, lleno de conmoción y de miedos por la mucha ignorancia. El guión se desarrolla siempre con un enorme acierto en todos sus momentos y ensamblaje, y deja con energía o delicadeza mucha intriga, drama y hasta humor. Y el abanico de personajes resulta ser el modelo de como deben construirse éstos en un libreto.

La dirección por su parte es muy grande, con un acierto en todos los ángulos de los planos (la mayoría de ellos cerrados o subjetivos) hiperrealistas, un despliegue de medios maravilloso, una fotografía deliciosamente desvencijada y un buen sonido.
En definitiva, «Dallas Buyers Club» es un largo dramático maravilloso en su conjunto. Totalmente disfrutable una y otra vez, siendo suspicaz y emocionante, y no intentando sacarnos la lágrima de modo facilón pero sí invitándonos a muchas reflexiones. R.R.

Puntuación: 8

Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=cg0e4Rya4O8

Sinopsis:

Película que cuenta la historia real de Ron Woodroof, un cowboy de rodeo texano, drogadicto y mujeriego, al que en 1986 le diagnosticaron SIDA y le pronosticaron un mes de vida. Empezó entonces a tomar AZT, el único medicamento disponible en aquella época para luchar contra tan terrible enfermedad. Pero va descubriendo otros medicamentos que no han sido aprobados en su país y que pueden ser mucho más efectivos que AZT.

Citas:

“¿Extrañas tu vida normal?” / “¿Vida normal? ¿Qué es eso? No existe” / “Sí, supongo” / “No, no, yo solo, yo solo quiero…” / “¿Qué?” / “ Tomar cerveza fría, montar toros de nuevo” / “ Llevar a mi novia a bailar, ¿entiendes? Quiero hijos”

“La ley a veces parece carecer de sentido común. Y si una persona está terminalmente enferma debería poder tomar lo que piensa que le puede ayudar, pero la ley no dice eso”

“No me quiero morir”

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